Precauciones a la hora de comprar una vivienda

Comprar una vivienda es uno de los contratos, más importantes, con los que nos vamos a encontrar en nuestra vida. La cantidad de dinero que se invierte es muy elevada, lo que conlleva un gran riesgo y hace necesario tomar una serie de precauciones.

En primer lugar, antes de comprar una vivienda, debemos asegurarnos que la vivienda elegida es la idónea, para ello no basta con una simple visita acompañados del vendedor. En una única visita, posiblemente, nos pasarán inadvertidos muchos detalles del interior de la vivienda, así como otros detalles importantes como pueden ser, por ejemplo, la existencia de vecinos problemáticos, negocios o bajos que generen molestias, problemas estructurales de la finca, derramas o reparaciones previstas por la Comunidad de Propietarios, problemas con el suministro de algún servicio (presión de agua, telecomunicaciones, etc.) o por ejemplo las características climáticas de la vivienda. Esta información nos será suministrada por el vendedor pero, por nuestro bien, debemos contrastarla con otras fuentes.

Una buena forma de obtener y contrastar información es preguntar a distintos vecinos de la finca y también a los vecinos de las fincas colindantes o cercanas. El Administrador de la finca también puede facilitarnos información útil. Quizá pueda parecer exagerado tomar estas precauciones antes de comprar una vivienda pero, teniendo en cuenta lo que hay en juego, estas medidas son totalmente necesarias. Seguramente la mayoría de las personas toma más precauciones a la hora de comprar un coche que para comprar una vivienda. Sin embargo las consecuencias de una equivocación son mucho más relevantes en el caso de la vivienda. No poder disfrutar del descanso en tu propia casa por molestias de vecinos o bajos es uno de los problemas más insufribles que puede tener un propietario y, a su vez, de los que más difícil solución tiene.

Una vez estamos seguros de la idoneidad de la vivienda, antes de señalizarla, debemos asegurarnos que el vendedor es realmente el propietario o está legitimado para venderla. Para ello debemos pedir un certificado al Registro de la Propiedad.

Señalizada la vivienda y antes de acudir a la Notaría para elevar a público el contrato, debemos exigir que se aporte por el vendedor un certificado del Administrador de la Finca acreditando que la misma se encuentra al día en sus obligaciones con la Comunidad de Propietarios, así como un certificado del Ayuntamiento como que no se encuentra pendiente ningún recibo del I.B.I..  También deberemos contactar con las empresas suministradoras de agua, luz, gas y telecomunicaciones para asegurarnos que no tendremos problemas para contratar dichos servicios. Por último solicitaremos a la Notaría una copia de la escritura de compra-venta (minuta), antes de acudir a la firma, para poder examinarla detenidamente.

El lenguaje jurídico, utilizado en todos los documentos y contratos que intervienen en la compra de una vivienda, resulta difícil de entender para las personas no familiarizadas con el mismo, lo que, unido a la complejidad de algunos conceptos jurídicos, hace muy aconsejable valerse del asesoramiento de un abogado durante el proceso y siempre antes de la firma de cualquier documento.